martes, 11 de octubre de 2011

Hacer un documental



No estamos hablando de un equipo de producción de 30 personas. Ni siquiera de la mitad. Estamos hablando de dos. Dos personas para tener la idea, buscar información, elaborar el guión, localizar a los invitados, entrevistarse con ellos, proponerles el proyecto, digerir los datos, incorporarlos al guión, preparar las entrevistas, contratar al cámara, desplazarte por todo el país, hacer la entrevista, revisarla... Darle forma a la película, buscar la música adecuada (y al compositor), buscar la voz en off, grabarla, buscar un estilo gráfico (y al grafista), hacer el premontaje, revisarlo, volverlo a revisar, otra vez más... y terminar el montaje definitivo. Eso sin contar la segunda parte, tan importante como la primera: desarrollar una estrategia de promoción adecuada.

La experiencia es enriquecedora. La colaboración de los invitados ha sido superior a lo que habíamos imaginado. Casi la totalidad de la gente contactada ha respondido de manera positiva a nuestra llamada. Todos se han volcado ofreciendo datos e información complementaria que ha reforzado la estructura de la película de manera definitiva. El principal problema a la hora de crear un producto de estas características es no perder perspectiva y tener siempre presente el producto final. Eso te obliga a ser muy flexible a la hora de cambiar partes de la estructura para que el documental vaya ganando con el paso del tiempo. En nuestro caso nunca nos planteamos el guión como un sistema cerrado al que debíamos de incorporar temas obligados por esa estructura original. Más al contrario, la estructura se ha ido modificando conforme hemos ido conociendo experiencias y testimonios. De hecho, aunque ya muy cerca de su forma definitiva, no descartamos algún giro que mejore algunos de los bloques.

Es cierto que hubiera sido una ventaja residir en Madrid, ya que la mayoría de los invitados son de allí y de Barcelona. También los tenemos de Sevilla, Albacete, Ciudad Real y el País Vasco. Trabajar desde Cádiz nos supone gasto y tiempo extra, pero contábamos con ello. Hay otra cosa que nos preguntan contínuamente... ¿Cómo se mete uno en un proyecto de este tipo teniendo niños pequeños? Cuando estoy en Cádiz comienzo la jornada a las siete de la mañana y no paro hasta las dos, hora de recogerlos del cole. Las tardes y los fines de semana los dedico a ellos. Cuando vamos de viaje intentamos organizar los días para que nos ocupen el mínimo tiempo.

Existen otras formas de hacer un trabajo como este. La tradicional es que lo lleve a cabo una productora especializada que contrate al personal para cada fase de la producción, que es como se ha hecho siempre, aunque dudo que se haga así para un producto Creative Commons. Otra forma es la colaborativa, como está haciendo Stéphane Grueso con su proyecto 15M.cc. Una idea muy interesante y que tiene todo nuestro apoyo. Se trata de trasladar el espíritu colaborativo y horizontal del 15M a la elaboración de un documental. Le seguiremos los pasos porque puede ser el principio de otra forma de creación audiovisual.

Por lo demás, ya seguiremos contando. De momento estamos ultimando nuestro próximo viaje a Madrid donde nos espera un buen puñado de invitados y el tema central del viaje: la gran manifestación del 15 de octubre.

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